Después de pasar la noche en Sant Llorenç y cenar por segundo día Trinxat, un plato típico de la zona, y que en esta ocasión el hostelero nos aseguraba que era mucho mejor que el de Cantonigros ("¡nada que ver!" nos dijo), desayunamos y durante ese tiempo hicimos el cambio de planes, que debido a un imprevisto familar tuvimos que acometer. Nada grave, pero el viaje se veia reducido en un día y esta noche ya la íbamos a pasar en Bellpuig.
Salimos lloviendo.
De todas maneras la ruta que teniamos prevista era de lo más interesante, el objetivo era llegar a Basella el Museu de la Moto.
La ruta empezaría aquí. El track eso indicaba.
Marta se relaja mientras comprobamos el GPS
Al principio todo parece muy fácil (aburrido), parece que los kilomentros van a pasar rápido, la pista es asfaltada y el buen tiempo nos acompaña.
Pero pronto vienen las emociones. El barro aparece y a Marta se le va la moto de delante...
"¡Estúpida moto!" Piensa Marta. La ponemos de pie, nada roto y seguimos!
Se vuelve a caer! Intento dejar la moto puedo pero no tengo como apoyarla, en fin, la tiro!
Roel que ya había parado se acerca a ayudarla y yo hago de reporte.
Buf! La moto se cruza... las roderas, el barro.
Pero con la ayuda de Roel, Marta lo consigue!
Seguimos y... otro obstaculo, esto parece más un Enduro indoor que una tranquila ruta trail.
Marta se prepara.
Sin problemas!
La salida es complicada. Hay que cambiar de rodera hacia la derecha y con motos de más de 200 kg, el movimiento se complica.
Pero Marta de nuevo supera la prueba!
Yo me lo paso pipa!
Roel, que siempre va el primero, guiando, se lo pasa en grande observando como pasamos nosotros.
A Marta ya le sobra todo y se para a quitarse los pantalones de lluvia.
El barro sigue y sigue...
Tanto que en un moto se hace tan espeso que casi es imposible continuar. Aquí Roel pasa la moto de Marta.
Seguimos el track, el salvaje track... y éste nos lleva a un infierno todavía peor... una pared vertical, en este caso tierra y rocas, donde Marta prefiere subir andando. Cómo siempre le dig: "Piensa que es peor a pie que en moto!" Pero no se quería caer más...
Me tocó subir un kilómetro en su moto, bajarlo andando y volver a subir mi moto.
Aquí ya voy con la mía y Marta todavía no ha acabado de subirlo andando...
¿Lo peor y más gracioso de todo? Pues que dimos vueltas y más vuelts y al final tuvimos que deshacer lo andado, con bajadas, troncos y barro... El track nos dejaba en medio de la nada. En el GPS veiamos que había un camino cerca, pero el desnivel era tal que se hacía inaccesible.
Mientras volviamos, Marta iba recordando en todos los lugares que se había caido y yo pensando que por favor no se cayera más. Había levantado al menos 20 veces esa moto. Mi espalda destrozada da fe de ello. Por otro lado, Roel también pensaba que: "qué no se caiga!! tengo hambre!!!" :-D
Y así, casi a las 5 de la tarde llegamos a Solsona y en el primer bar que encontramos comimos, todavía no habíamos comido nada, salvo unas galletitas de emergencia que llevaba Roel, suerte de ellas.
El resto del viaje fue tranquilo hasta Bellpuig, nuestros cuerpos no podían más. Aunque a pesar de todo y como no, el tema de conversación en Bellpuig era: ¿Cuándo será la próxima?